Hace algún tiempo los medios de prensa de la arquidiócesis de la Habana, anunciaban con vítores el hecho de que le devolvieran la capilla de lo que fue la Universidad de Santo Tomas de Villanueva. La revista Palabra Nueva en una nota bastante reducida daba fe de lo que estaba aconteciendo. Quizás el solo hecho de devolver este edificio para el culto religioso a la Iglesia Católica, sea interpretado por algunos como un paso de avance entre las relaciones iglesia, estado.

Para mí, relevante seria la noticia, si en vez de devolver solamente la capilla. El gobierno hubiera decidido devolver lo que fue la antigua Universidad de Santo Tomas de Villanueva. Hoy el actual edificio de lo que fue la capilla está rodeado por una cerca perimetral que impide la entrada de curiosos, pero incapaz de impedir el alcance de la vista de quienes quedan anonadados ante lo que podríamos llamar una iglesia al desnudo.

El lente de mi cámara capto imágenes del estado actual del inmueble, paredes raídas, ventanas y puertas destrozadas por personas inescrupulosas y su más fiel aliado, el tiempo. Lo que fue una hermosa puerta principal en forma de arco hoy sellada por bloques, una cruz fragmentada, el campanario continua estando con su majestuosa campana acostumbrada a tantos repiques y que después de de mas de cinco décadas sufre el olvido de quienes la escuchaban. Como colofón podría darles testimonio del estado actual en que se encuentra la imagen o la estatua que recuerda a Santo Tomas, su gravado de la cruz escrito por quienes no guardan el respeto a la fe ajena, pero por si faltara poco la imagen en piedra muestra a quienes se detienen un Santo Tomas decapitado.

Desconozco por que la ausencia de la cabeza, no quiero ensañarme con quienes de forma inescrupulosa hicieron suyos cada uno de estos inmuebles, despojando a la nación cubana de su cultura e identidad, expropiando a la iglesia de cada una de sus propiedades.

Abogo no solo por la devolución del inmueble de este comentario, abogo por la devolución de cada uno de los templos, escuelas, institutos y propiedades de la iglesia en Cuba sea cual sea la denominación a la que pertenecen. Abogo por qué cosas como estas no vuelvan a suceder, por la libertad de culto, por la educación que cada uno de los padres elija para sus hijos.

Abogo por la renovación de la iglesia cubana y porque esta, no continúe inmóvil y aplaudiendo estas pequeñeces.